Smoking Dualitys Without Filthers...

jueves, 29 de marzo de 2007

Discurso...

"Buenas noches a todas y a todos. Muchas gracias por haber venido a celebrar esta fiesta, esta linda jornada de afirmación del derecho a la diferencia y de celebración de este pequeño monumento, de este espacio donde se reconoce, se afirma el derecho a la diversidad y a la alegría de la diversidad.
Yo creo que estos son pasos todavía chiquitos, pero importantes en dirección a la recuperación de la memoria nacional. Este país, que supo estar a la vanguardia de todos hace un siglo y que después se fue volviendo, lentamente, cada vez más pacato, cada vez más conservador, cada vez más resistente al cambio, ahora empieza a abrir un horizonte nuevo a partir de esas lindas jornadas de afirmación de la conciencia popular de cambio, de la voluntad popular de cambio que fueron la elección nacional, el último día de octubre, y el plebiscito del agua, donde el pueblo uruguayo confirmó que el agua es un derecho de todos.
Son, pues, pasos hacia la recuperación de la pérdida memoria de la audacia, cuando este país era capaz de hacer cosas que los demás no tenían el coraje ni siquiera de imaginar. Hemos retrocedido mucho. Yo diría que hemos retrocedido casi con entusiasmo, sobre todo a lo largo de estas últimas décadas, y me parece importante reafirmar que esta noche estamos celebrando el reencuentro con la mejor memoria de este país, que es una memoria de la valentía, que es una memoria de la audacia, que es una memoria ejercida contra el miedo.
¿Y qué pasó? Que desde el punto de vista de los invasores esta libertad, que era una bendición de estas tierras, fue utilizada como prueba de que América era una región que había sido previamente conquistada por el demonio. Era el diablo el dueño de América, y por eso los cuerpos eran libres y no estaban sometidos a los dictados de ninguna iglesia. Eso sirvió de pretexto para arrancar el oro, la plata y todo lo demás de manos del demonio, que había usurpado esos bienes terrenales, para devolverlos a su legítimo propietario, que era Dios, encarnado en la figura de los reyes de España y de Portugal. Como ven, no hay muchas novedades en la historia. Yo siempre recomiendo a mis amigos: ¡cuando te hablan de la moral, revísate los bolsillos!
Los tiempos han cambiado, afortunadamente. En América, numerosos indígenas fueron arrojados a las llamas o a los perros por el delito de ser diferentes, pero todavía el mundo padece una suerte de negación universal del arcoiris.
Los dueños del planeta quieren un arcoiris en blanco y negro. Se niegan a reconocer la maravilla de la diversidad humana y parecen condenarnos a elegir libremente: ahora ustedes van a tener la posibilidad de elegir libremente, podrán morirse de hambre o morirse de aburrimiento.
Morirse de hambre o morirse de aburrimiento es lo que propone esta suerte de Santísima Trinidad que, contra la diversidad sexual, coincide más allá de sus odios mutuos. Algo así como la Santa Alianza entre Bush, monseñor Cotugno y Bin Laden.
El fundamentalismo cristiano y el fundamentalismo islámico unidos en la convicción de que lo diferente es anormal y merece ser condenado; unidos en la convicción de que lo diferente es enfermedad, pecado o crimen. ¡Los puritanos unidos jamás serán vencidos!, podríamos decir recordando frases como las que escuché a monseñor Cotugno por televisión a propósito de la anormalidad de la homosexualidad, cuando explicó que la homosexualidad era una enfermedad y, para colmo, ¡contagiosa!
Yo siempre me pregunto cómo es que los curas saben tanto de sexo, si lo tienen prohibido. ¿No es que han hecho voto de castidad? ¿Cómo pueden ser expertos en la vida sexual? ¿De dónde sacan esos conocimientos asombrosos que les permiten bendecir el sexo que les parece correcto y maldecir y condenar el que desde el punto de vista de ellos es un sexo anormal?
Yo quería nada más que abrir la noche celebrando la memoria de los innumerables mártires que cayeron, mujeres y hombres, quemadas, aperreadas, mutilados, condenados al suplicio por el delito de ser como eran, y para saludar emocionado el sacrificio de los incontables militantes, mujeres y hombres, que han tenido y tienen el coraje de decir públicamente: ¡Sí!, ¿y qué? ¡Somos diferentes!, ¿y qué?".

Uruguay, 4 de febrero 2005, Eduardo Galeano en la Inauguracion de la Plaza de la Diversidad Sexual,

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